lunes, 21 de enero de 2013

El Malo


Llámame Clásico.
Pero creo que no hay historia sin villano. Es más; me encantan las historias con un buen villano. Uno cuya naturaleza esté supeditada a los acontecimientos que le conduzcan a esa definitiva, irrefutable, cruel y pérfida (aunque inexcusable y perfecta) maldad. No es tan importante el final o los actos de dicho villano como el camino que forjó esa naturaleza que en un principio no fue suya. Es decir; la culpa es siempre del Camino que recorre. Y el lector no puede sino culpar al Camino. Nunca al villano.
Me encantan esas historias.


Sonido de teléfono. Me saca de eso que no es sueño ni consciencia. Arrastro mi escasa existencia al aparato y descuelgo sin querer.

-...
-Hola.
-...
-¿Cómo estás?


Esta no es una de esas historias.



...///...



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